Año viejo

Fue un año de weltschmerz,mirando como los gobernantes viven como príncipes y nosotros asfixiados con deudas. Un año  de tristeza de jubilados, un año mediocre, de supermercados y colas en el almacén, mirando como mueren niños en Siria mientras hago el papeleo absurdo para congelar una carrera de tristeza de notaria. La universidad publica quería cobrarme un palo. Un año en que me desnude muchas veces recitando poesía en los pastos a muchachas que piensan que volar es el simple acto de fumarse un caño. Perdía el tiempo con ellas. Murió mi abuelo repentinamente y un amigo muy joven, “siempre con gente joven, muerte puta, te gustan los pendejos”. Pero como dice el canto “no quiero que mis muertos descansen en paz, tienen la obligación de estar presentes, vivientes en cada flor que me llevo, al filo de la media noche” Un año en que amé y caí en el desierto, y los himnos de la locura y la desesperación florecían en mi pecho multicolor. Pero aprendí a trascender el dolor, endurecerme como el diamante y mirar al mundo  “como con ojos de guardián del sol”.

El cumpleaños

El cumpleaños

 

Caminaba por la orilla del gran Danubio azul un perro con sed de galaxias en su pecho, cuando de pronto  un cerdo de muchos  colores y sombrero de copa se cruzo en su camino y le pregunto “¿Vas a ir al cumpleaños de Dios?”, a esto el perro respondió con rabia “ese Dios me tiene harto, siempre le celebramos su cumpleaños pero él nunca viene, no pienso ir más”, el cerdo asombrado dijo “pero como puedes hablar así, no sabes que El  está muy ocupado haciendo muchas cosas importantisimas que nosotros como simples mortales no podemos entender” a esto el perro ladró “ustedes siempre dicen lo mismo, por eso esta será la última vez que voy al cumpleaños de Dios, yo llevaré la ensalada, pero no estaré allí más de media hora”, “bueno entonces nos vemos mañana” dijo el cerdo de muchos colores.

 

El perro llegó a su casa y prendió la radio, escucho las noticias sobre los niños explotados en el sudeste asiático por las compañías multinacionales y  pensó “que triste que la gente acá compre esas zapatillas hechas con sangre infantil a precio de huevo, los niños ven a esos futbolistas que consideran héroes usándolas, pero no saben todo el dolor que hay detrás de esto, por eso yo no uso zapatos, siempre camino con mis patas”.

 

Para no hundirse en la tristeza el perro comenzó a preparar la ensalada, compró aceitunas, lechugas y palta en el mercado. Revolvió todo en un pocillo  y se fue a dormir. Tuvo un sueño hermoso, soñó que Dios llegaba a su cumpleaños y lo saludaba de un abrazo. Y así de pronto se había terminado la explotación infantil en china, el tráfico de coltan y la esclavitud en el sudeste asiatico. En el mundo  se había prohibido ser rico por lo que ya no había pobres.  Así el perro sintió que su sed de galaxias se había saciado, el mundo era un lugar amable. Pero lamentablemente la realidad era otra, el sol ya estaba saliendo de las montañas y las nubes preparaban un alba gris que le esperaba.

 

El perro abrió sus ojos y su sonrisa se desvaneció en la mentira que desenmascaraba el amanecer. A duras penas corrió las sabanas y se puso de pie, su sed de galaxias había vuelto. Se metió a la ducha y pensó “no entiendo estos dolores, no creo que este año Dios venga a su cumpleaños, pobre del cerdo de muchos colores que tan esperanzado estaba en que Dios volviera para castigar a los que hoy en día se comportan como los romanos, pero más pobre es el hombre que lo ha esperado por casi dos mil años”.

 

Se puso su corbatín, se miró al espejo y trato de cambiar su cara. Tomó la ensalada y partió a la casa del cerdo de muchos colores. Allí estaban todos, el león, el gato, la tortuga, el dragón, el ciervo y el hombre que no se perdía ninguno de los cumpleaños de Dios. “Cuantas veces el amor se convirtió en dolor, cuantas veces el pájaro de luz se apagó” pensaba el perro mientras contaba los minutos, puesto que no estaría más de media hora.

 

Se cumplió el tiempo estipulado, miro a su alrededor y vio a todos los animales tristes porque Dios nuevamente no llegaba. En eso el perro sintió su pecho enardecido y dijo firmemente mirando al hombre “la mayor parte nuestras sociedades  no logran satisfacer  a todos sus miembros, vemos que cada día mueren 40 mil personas de hambre y hay millones de niños esclavizados para cubrir los delicados gustos de occidente. Muchos tienen miedo a la muerte, al amor y a la vida, a esas tragedias que están por encima de nosotros  que no podemos controlar.  Debido a esto las satisfacciones que obtenemos en la fantasía  obran como un poderoso dopaje  y al ser percibidas de forma colectiva son percibidas por la mente individual como si fuera real. Estoy hablando de la religión. Una fantasía que nos vino a visitar cuando rompimos el cascaron de la infancia, en el momento en que no dimos cuenta que nuestros padres era débiles y nos sentimos desamparados frente a la naturaleza y los otros seres. Yo les propongo no tenerle miedo al mar de invierno, yo les propongo no tenerle miedo a los infinitos colosos ardientes del espacio, yo les propongo no temerle a dejar de existir y aceptar desaparecer para convertirnos en otra cosa. En vez de buscar aliados en el cielo yo le ladro a los Dioses y les propongo ser uno con el infinito cosmos y no temerle” y el hombre le respondió “A tus catorce años hablas con elocuencia perro, pero no sabes lo importante que es Dios para nosotros, en el guardamos nuestra esperanza y misericordia” “Yo tengo catorce años y mi muerte ya se acerca, pero te diré que los aspectos sobrenaturales de la religión no permiten realizar cabalmente nuestra ética, por eso es estúpido celebrar el cumpleaños de Dios, el no vendrá. Como decía Gordon Dios es tan solo una metáfora de nosotros”. Cuando el cerdo multicolor escucho eso se le abrió la mente y dijo “el perro tiene razón, quizás debemos buscar a Dios en terminar con las transnacionales que esclavizan a niños fabricando zapatillas o con los colegios que les castran su creatividad” “si pero lo más importante es vivir naturalmente la vida, como tiene que ser, sin instituciones que nos dominen, vivamos la orgia donde nadie domine a nadie”  Y todos los animales asintieron,  pero el hombre dijo “blasfemos, son unos pecadores yo esperare a Dios aquí solo y cuando el llegue el los castigara, son unos hipócritas que sólo se acuerdan de Dios y la iglesia cuando unos de sus familiares muere”. “ pobre hombre” dijo el perro   “que no entiendes que la historia del orden es la historia de la dominación, el gobierno de los hombres es tan solo su resistencia al caos.. La civilización es esclavización y hoy en día se mantiene mediante la educación y la religión patriarcal. La catástrofe civilizatoria encierra su mayor paradoja en el hecho de que promete un horizonte de sentido. Hacen de la historia un trámite en el cual estaríamos previamente destinados, el sentido ya nos ha sido dado,  y esta maquinalmente dispuesto. Este sistema domestica los cuerpos civilizándolos por medio de los colegios, el miedo a pasar hambre, el miedo a la tristeza y el miedo a desaparecer. Haciendo cuerpos reducidos en su potencia ¿Cuántos artistas habrían pasado como estrellas por el cielo nocturno y fueron castrados por los llamados profesores? Yo creo en la orgía, la demasía de la fuerza cuando no hay relación de dominación y el poder no tolera eso, la anarquía, la ausencia de control. Si todos pensaran trágicamente, es decir no obedecer más, cambiaríamos el mundo. La estupidez de nuestra civilización no tiene límites y obedece a la producción industrial de cuerpos obedientes en los colegios, para luego que trabajen haciendo zapatillas y celulares a precio de huevo en países del tercer mundo”

Y así todos los animales partieron a cambiar el mundo y no obedecieron más. Pero el hombre no podía entender a los animales e incluso les dio la categoría de seres inferiores, con el tiempo dejo de entender la forma en que hablaban y llegó a pensar que los animales no hablaban. Y así el hombre prefirió desnaturalizar su vida pasado 12 años en los colegios otros 6 en la universidad y el resto de su vida trabajando en un trabajo ajeno a él. Y para aliviar esa carga  se refugió en la religión y en sus dogmas sobrenaturales en vez de partir a cambiar el mundo para ayudar a ese niño hambriento, al niño esclavo en Mauritania  y a las víctimas de la  guerra en Somalia y Sudán. Por eso los animales son libres y viven su vida naturalmente y el hombre no. Pero un día el hombre trato de esclavizar  a los animales y la vida fue reducida aún más y más. Por eso el perro y sus amigos se fueron a vivir a las montañas a hablar con los mares de nubes  y   jamás fueron capturados por el hombre.