La mente

-¡María no abras ese cajón!
-¿Por qué Juan? ¿escondes algo?
-No lo habrás te digo
-Algo salió volando
-¡Por la chucha María te dije que no abrieras!
-¿Qué es lo que salió volando?
– Mi mente María, la encerré ahí para estar más atento, para dejar de pensar tanto y que nuestra relación funcione. Ahora tendré que salir a buscarla.
Salieron al patio y vieron que la mente de Juan se posaba en las ramas de los arboles imaginando metas imposibles. María lo vio a él totalmente perdido soñando con algo que no estaba, preocupándose por algo que aún no pasaba y no sabia si iba a suceder, miedos y proyecciones negativas del futuro.
-¡Despierta weón! Juan tenemos que recuperar tu mente
-Déjame tranquilo María, quiero seguir aquí soñando y perdido.
María se subió al árbol donde posaba la mente de Juan. Acercó sus manos a la mente pero esta a penas percibió su presencia revoloteó moviendo todo el árbol. María cayó al suelo y se rompió la cabeza.
-!María ! ¿estás bien?
-Me duele la cabeza, deja de hablar tan fuerte
– Ok
-!Que no hables te digo! siempre hablas fuerte, me duele la cabeza
-Arriba María, tengo que llevarte al hospital
Fueron al hospital y a María le hicieron una serie de exámenes en el cráneo. Como la mente de Juan estaba volando él se pasaba muchos rollos por los posibles catastróficos resultados médicos y por lo caro que saldrían los exámenes. También pensó en que podría perder para siempre a María por este incidente. En ese momento la mente de Juan entró al hospital y comenzó a destruirlo todo debido al miedo que él tenía. Revoloteaba de allá para acá, posándose donde le placía, era muy difícil de atrapar y aveces se hacía invisible. Juan a sí mismo se dijo:
«Si no atrapo mi mente el hospital será destruido y María no tendrá un buen tratamiento. Podría morir incluso» Se concentró en ese momento, su amor por María lo inspiró. Saltó sobre su mente sin que esta lo viera, dejó de pensar tanto en el futuro de la relación. Respiró tranquilo y relajado, deleitándose en la atención del momento. Tomó una bolsa plástica y metió su mente adentro, haciéndole un firme nudo.
María salio del pabellón y el doctor le dijo a Juan:
-Es solo un chichón, eso si le recomiendo a usted que guarde su mente lejos de su pareja y las personas que ama, porque podría hacerles daño debido a sus miedos. Ahora fue sólo un chichón, pero tal vez mañana sea un golpe en el corazón y eso es mucho más difícil de reparar.
– Si doctor, lo tendré en cuenta, voy a guardar mi inquieta y miedosa mente lejos de las personas que amo y de mi mismo para que no esté revoloteando y echando a perder todo. María lo siento mucho
-Tranquilo, eso si prométeme que guardaras tu mente en un lugar seguro
-Si, lo prometo

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