¿Amor libre o hedonismo libre?

«El amor libre garantiza tener abrazos, sexo, contención y mimos para soportar nuestra miserable vida sin el reto de conocernos a nosotros mismos y a nuestra pareja» 

Por Lord Carlos Williams

El amor depende del conocimiento, mientras más conozco a alguien más le amo. Lamentablemente nuestra sociedad no tiene tiempo ni espacios que permitan la autobservación y el conocimiento real de nosotros mismos y la pareja.  Así el amor libre se nos presenta como una nueva forma de amar en una cultura donde no hay tiempo para amar.

Generalmente cuando volvemos del trabajo a el hogar y tenemos algo de tiempo libre lo primero que hacemos es descansar y relajarnos distrayendo nuestra mente de forma ociosa, en redes sociales, series de Tv o música. Estas actividades las podemos hacer con nuestra pareja. Incluso nuestra pareja puede ser otra forma de ocio. Lamentablemente estas actividades no suelen fortalecer el conocimiento mutuo.

A todo esto, hay que sumarle que vivimos en una cultura de lo inmediato, queremos todo altiro y a lo que le dedicamos tiempo queremos que nos dé goce y placer altiro. Lamentablemente para conocer a alguien y  amar  alguien se requiere una enorme cantidad de tiempo, mucha paciencia humildad  y una dedicación enorme. Uno no conoce en una tarde de netflix a una persona, ni en 10 salidas a comer, ni siquiera en un año. Incluso hay matrimonios que no se conocen. Generalmente lo que llamamos pasión es solo una sublimación de nuestro estado de soledad producto de una rutina laboral miserable.

Hoy en día en la cultura de lo inmediato no podemos conocernos a nosotros mismos, ni mucho menos a nuestras parejas. Por ellos tantos matrimonios o parejas jóvenes que se van a vivir juntos fracasan al año. No se conocen, porque no tienen el tiempo para hacerlo. El hombre contemporáneo vive en un estado de ansiedad permanente, no vive el presente, no tiene tiempo.

Al no haber tiempo para conocer no hay tiempo para amar. Al no poder amar entendemos por amor al enamoramiento o pasión que surge de la sublimación de nuestras miserable y solitaria rutina laboral.

Así como no somos capaces de amar vivimos en la fantasía de los primeros meses de noviazgo. Un ejemplo es el típico caso de una mujer que es insegura y con poca valoración. Ella al no conocerse tiene un novio dominante y egoísta que le da seguridad. La soledad de ambos y su tristeza contribuyen a que este infierno parezca un cuento de hadas debido a lo intenso y emocionante que es romper el muro entre dos personas. Cuando la química de esto termina, las relaciones dejan de funcionar.  Toda su relación no es más que una sublimación de su poco amor propio.

Si esta mujer no se da el tiempo de conocerse a sí misma lo más probable es que otra vez intentará tener pareja y lo mismo le volverá a pasar. Así   como el corazón está herido por la posesión, los celos y las peleas el amor libre llega para salvarla.

El amor libre garantiza tener abrazos, sexo, contención y mimos para soportar nuestra miserable vida sin el reto de conocernos a nosotros mismos y a nuestra pareja. Es el amor de la cultura de lo inmediato, no hay peleas ni celos. Solo está el goce, dormir abrazados, ir al cine.  El amor libre dice: “Somos libres para amar dentro del capitalismo”.

Para amar alguien necesito tiempo para conocerlo profundamente, saber de sus sueños, sus miedos, sus penas y alegrías. Los seres humanos somos seres infinitos nuca terminaremos de conocer a alguien ni a nosotros mismos. Por lo mismo el amor no podría acabarse si lo que conocemos nos gusta. Entonces ¿es factible tener que emprender la tarea de amar a dos personas al mismo o tiempo si ya con una persona me agoto? ¿Es sincero hablar de amor libre, cuando no hay tiempo para amar a nuestras parejas, sino más bien solo hay tiempo para pasar un rato agradable? ¿Por qué le llamamos amor a nuestro hedonismo que nos permite escapar de las rutinas laborales miserables? ¿Por qué llamarle amor a la sublimación de nuestra soledad?

El capitalismo es tan cruel que nos quitó el amor. Pero al mismo tiempo necesitamos estar con alguien para sobrevivir a las lógicas de producción estresantes. Para ellos tenemos el amor libre, una especie de soltería sexual activa. Construimos lazos afectivos con algunas parejas sexuales, podemos formalizar eso si queremos, ponerle reglas, podemos incluso ponerle una moral al amor libre. Pero al no haber tiempo para conocernos el amor libre tanto como las relaciones formales está condenadas al fracaso.

El amor solo puede surgir desde una mente tranquila y contemplativa. No desde la ansiedad y lo inmediato. El amor es paciencia, porque para conocerse a uno mismo requerimos amor propio. Solo así los noviazgos no serán la sublimación de nuestra soledad anterior. Luego con esa misma paciencia y contemplación debemos conocer a nuestra pareja y desde ahí amarla de acuerdo a como se dan las cosas y el consenso entre ambos. Solo el conocimiento nos hará libres, y sólo así nuestro amor podrá proyectarse y trascender para mejorar las condiciones de vida de la clase proletaria.